Las banderas del país que nomina este restaurante junto con la del nuestro, anfitrión, se entrelazan a la entrada del caserón que lo acoge, en una calle no tan céntrica de Camagüey pero a la vez fácilmente asequible. Espléndido sitio, diseñado y organizado con elementos de las culturas a las que pertenece, es este un proyecto privado que ofrece junto a las cenas un servicio de dulcería muy solicitado por la clientela, aun cuando sus ofertas no son baratas, algo que también caracteriza las del paladar.
Sin embargo, no puede negarse la condición gourmet del lugar, y el hecho de que son la exquisitez y el buen gusto los que presiden la gastronomía y el servicio. Su propietario, un austríaco «aplatanado» en Cuba, su esposa e hija cubanas quienes lo ayudan en el negocio, son personas amables que hacen grata la estancia.
Una revisión a la carta descubre gran variedad de platos tanto del país nuestro como del centroeuropeo; por ejemplo, aparece el Matajíbaro 3.30 CUC, típico entrante camagüeyano consistente en plátano frito, masas de cerdo y ajo. Especialidades austríacas por supuesto abundan, como el Brettljause 4.90 CUC, entremés de embutidos y quesos; el Carpaccio de Pescado 4.40 CUC, el Barquito de atún 3.30 CUC o el Nurdelsalat (ensalada fría) 1.60 CUC.
No falta la popular oferta italiana con su conocida variedad de pizzas (desde 4.90 CUC según los agregos) o la Lasagna 3.30 CUC.
Otros procedentes del país invitado son: Rindsgulash (res con esa salsa y papa o vianda), Escalope Vienesa (empanado), ambos a 8.90 CUC, o Rostbritem (filete salteado con cebolla frita) 12.90 CUC.
A la hora de la selección nos decidimos por algo cubano: Cordero al Tinto 7.90 CUC, que resultó delicioso en su cocción y especiado; antes, degustamos el coctel emblemático: Casa Austria, sobre la base de ron carta blanca, jugo de limón, granadina, cereza y hielo: un daiquirí con predominio del sabor afrutado muy refrescante y grato. Como guarnición, elegimos una exuberante Ensalada de Estación 2.40 CUC con variedad de vegetales perfectamente combinados y presentados.
En el caso de los postres se torna un verdadero combate la elección, pues lo que se exhibe en la vidriera de la pequeña dulcería aledaña al primer salón anuncia verdaderas delicatesses: Strudel de Manzana 2 CUC, Dulce de Natilla a la Mantequilla 0.70 CUC, Corazón de Hielo (panetela con helado, licor y cobertura de chocolate…). Finalmente, elegimos el Bosque Negro (panetela de chocolate y vainilla con revestimiento de crema congelada que semeja un helado) 2.40 CUC y la amable dependiente nos obsequió un trozo de un Pastel Ahogado en Dulce de Coco… si me preguntan cuál prefiero no sabría decidirme entre ambos, a cual más delicioso.
Ejemplo de la fusión de cocinas ilustres y ejemplar funcionamiento, Casa Austria descuella entre los restaurantes en la tierra de los tinajones.
Licenciado en Filología en la Universidad de La Habana, especializado en Literatura Cubana. Ha realizado posgrados acerca de la cultura nacional y universal. Escritor, crítico de artes y comunicador audiovisual; cuenta con más de quince libros publicados, algunos de los cuales han recibido reconocimientos (inter)nacionales, en los géneros de ensayo, narrativa y poesía, entre ellos Co-cine. El discurso culinario en la pantalla grande (2011), con el cual obtuvo premio a nivel de categoría (food literatura) y resultó finalista en la etapa final, dentro del prestigioso concurso Gourmand World Cookbooks Award, con sede en Madrid, España; ha curado varios ciclos sobre cine y gastronomía que se han presentado en salas de la capital e investiga desde hace varios años acerca de las relaciones entre la cocina y otras artes, lo cual vuelca en su columna en la revista Excelencias Gourmet.