Coppelia: cuesta abajo en su rodada

por | 2 agosto, 2021

He estado siguiendo con cierta sistematicidad desde este sitio, la más famosa heladería cubana, y uno de mis reclamos recientes fue la cantidad de hielo en el contenido, pero algo dejé claro: la aceptable calidad del frío y gustado dulce (quizá demasiado, eso sí).

Un equilibrio de precio que estabilizó el mismo en 4 CUP  la bola luego de algunos devaneos y ajustes tras el «ordenamiento económico»  lo hacían asequible y recurrido, pues ante las dificultades de todos conocidas no dejaba de ser una atendible opción para la familia habanera.

Una visita al céntrico y legendario edificio del Vedado durante una pacífica mañana , y sin mucha cola, me hizo llenar sendos recipientes con dos sabores que disfruto mucho: tiramisú y moscatel (este último, verdadero emblema de la antigua Coppelia).

Me llamó la atención que la bola había depreciado un peso, o sea, ahora está a 3 CUP, pero lo atribuí a los ajustes que aun se hacen dentro del complejo proceso de «ordenamiento».

Cuánta decepción al llegar a casa y probar…aquello. ¡Ni un duro frío casero resulta así de aguado y sabe peor! Insoportablemente dulce (¡pobres diabéticos!) como si el exceso de azúcar pudiera compensar la ausencia de imprescindibles ingredientes, sin gota de leche o grasa que le confieren la densidad requerida.

No encontré hielo pues…parece que tanta agua no permite que cristalice, y entonces calculé que 3 CUP es …demasiado. Debiera valer 1.50 CUP (¡es que 1 CUP sería demasiado!).

Todos sabemos las dificultades que nos envuelven, pero ¿dónde quedó aquello de «la calidad es el respeto al pueblo» ? ¿es legítimo ofertar un producto otrora respetable, símbolo y orgullo de la gastronomía estatal a este nivel de insuficiencia y deterioro? A apenas un mes de un helado suficientemente digno – aun con los pedacitos de hielo o sin la excelencia de los primeros tiempos – ¿qué ha ocurrido para este descalabro?.

Foto: Perfil de Fb de la Heladería Coppelia

Y en última instancia ¿no merece el consumidor una advertencia , una explicación de las circunstancias que han llevado a este descenso apreciable de la calidad? ¿ o solo basta con rebajar un peso a la bola?

¿Dónde están los compañeros del «control de calidad», los inspectores ?

Son preguntas que, aunque retóricas, dejo a consideración de los lectores.

Sinceramente, tengo ganas de ir a devolver el helado, pero con estos calores, temo que al llegar este muestre tal nivel de » liquidez», que los administradores piensen que es pura agua lo que llevo.

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Acerca de Frank Padrón

Licenciado en Filología en la Universidad de La Habana, especializado en Literatura Cubana. Ha realizado posgrados acerca de la cultura nacional y universal. Escritor, crítico de artes y comunicador audiovisual; cuenta con más de quince libros publicados, algunos de los cuales han recibido reconocimientos (inter)nacionales, en los géneros de ensayo, narrativa y poesía, entre ellos Co-cine. El discurso culinario en la pantalla grande (2011), con el cual obtuvo premio a nivel de categoría (food literatura) y resultó finalista en la etapa final, dentro del prestigioso concurso Gourmand World Cookbooks Award, con sede en Madrid, España; ha curado varios ciclos sobre cine y gastronomía que se han presentado en salas de la capital e investiga desde hace varios años acerca de las relaciones entre la cocina y otras artes, lo cual vuelca en su columna en la revista Excelencias Gourmet.