Un viejo refrán hispano reza que “unos tienen la fama y otros cardan la lana”, para significar que con frecuencia la maledicencia otorga injustas notoriedades a determinados personajes, con la deliberada intención de desacreditarlos públicamente, mientras que otros, a los que la misma nombradía les vendría al pelo, se escapan de la historia de rositas. Es el caso y en referencia a la afición a la bebida de José Bonaparte, rey de España entre 1808 y 1813, quien ha pasado a la historia como “Pepe Botella”, siendo como fue un abstemio total. Y este es solo un ejemplo. Otros son los casos de figuras públicas relacionadas a veces maldicientemente a las bebidas reconstitutivas populares de su época, pero que en la nuestra quedan en entredicho.
Hacia 1863 el químico corso Ángelo Mariani creó una bebida tónica, realizada con vino de Burdeos y extracto de hojas de coca, con una densidad de cocaína de entre seis a siete miligramos por onza. La misma fue comercializada en la época con el nombre de Vin Mariani —Vino Mariani— y alcanzó gran notoriedad y popularidad entre artistas e intelectuales europeos de la época.
Aunque la inclinación hacia este elixir por parte de muchas personalidades de la época ha sido considerada históricamente como un elemento que aumenta el descrédito a conveniencia, siempre se deja de lado el hecho de que el Vin Mariani, era considerado en aquel tiempo como tónico, preventivo de resfriados, reconfortante en largas convalecencias, especialmente indicado para neuralgias, problemas de insomnio y fatiga mental.
Y en cuanto a personalidades, el Vin Mariani fue la bebida favorita de figuras como William McKinley, Émile Zola, Paul Verlaine, Sigmund Freud, Louis Blériot y Julio Verne, quien fue fanático valedor del vino al punto de afirmar que podía alargar la vida hasta cien veces. También el prolífico inventor Thomas Alva Edison, Alejandro Dumas, los hermanos Louis y Auguste Lumiére, el dramaturgo Henrik Ibsen, Henri Rochefort y Ulysses S. Grant. Este último, por consejo de Mark Twain, tomaba a diario una cucharada del vino
mezclada con leche para combatir los dolorosos síntomas del cáncer de garganta que padeció durante los últimos años de su vida. Asimismo encontramos entre sus adeptos a figuras como la gran actriz Sarah Bernhardt, los escritores Robert L. Stevenson y Anatole France, el Gran Rabino de Francia Zadoc Khan, el médico Jean Charcot… Incluso entre la realeza tuvo sus entusiastas en el Príncipe de Gales, la reina Victoria, el zar Alejandro II, el rey Alfonso XIII o el Shah de Persia. Como detalle sobresaliente fue el Papa León XIII, quien prestó su efigie para la etiqueta promocional del elíxir y concedió una medalla de oro al inventor, en reconocimiento a la capacidad de esa bebida para «… apoyar el retiro ascético de Su Santidad”.
Un artículo firmado por el periodista Emile Gautier en el diario francés Le Figaro, resumía el sentir generalizado del momento: He aquí un licor exquisito, un cordial a la vez incomparable y un regalo digno de los dioses, algo semejante -¿quién sabe?- al viejo néctar olímpico, cuya receta, extraviada desde hace muchos siglos, habría sido encontrada en los archivos de los incas de la prehistoria por un sabio que es al mismo tiempo un poeta.
La venta de Vin Mariani se prohibió poco antes de la muerte de su creador, a comienzos de la Primera Guerra Mundial, al conocerse el potencial adictivo del clorhidrato de cocaína después de más de sesenta años de uso en la farmacéutica. Nada: cosas de la fama y del cardado de lana.

Nacido en Madrid, España, Licenciado en Sociología, cursos de Doctorado en Historia del Pensamiento, y Máster en Criminología, su vida profesional ha basculado entre instituciones científicas (ha sido investigador en el Centro Superior de Investigaciones Científicas, CSIC y en el Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnológicas, CIEMAT) y el periodismo, tarea que ha ejercido en prensa escita, radio y televisión, donde ha dirigido y presentado espacios como España paso a plato o Cómo curan los alimentos. Es autor de una veintena de libros entre los que cabe destacar títulos como El hambre en España, Una historia de la alimentación, Mood Food. La cocina de la felicidad, Cómo curan los alimentos, La cocina del Cid, Yantares de cuando la electricidad acabó con las mulas. La historia paralela de la electricidad y de la comida, Cocina simbiótica, El segundo cerebro o Fermentados gourmet, en colaboración con el chef Mario Sandoval, dos estrellas Michelin. Actualmente colabora en la revistas Vinos y Restaurantes, Salud Total y Otros destinos, la web A fuego lento y el programa radiofónico Poniendo las calles, de Cope.
“El drama está en vivir cuando ya no podemos comer lo que comimos de pequeños”
(JOSEP PLA)