El estímulo que se ha lanzado a los emprendedores para acometer una economía doméstica de (auto)consumo, paliativo a la compleja situación que atravesamos, no se ha restringido, por parte de muchos de ellos, a la propia satisfacción de ciertas necesidades comestibles en el exiguo núcleo familiar, sino que, para satisfacción de un mayor radio de consumidores, se han volcado a estos, comercializando los productos de sus huertos y/o cocinas.
Aquí nos acercaremos a algunas de estas pequeñas y medianas empresas, nobles y prósperas, que están arrojando resultados muy atendibles.
Las_Frescas constituyen un grupo de muchachas vinculadas al cine y…a la ecología, que lleva a domicilio, mediante delivery contratado, productos elaborados por ellas mismas, quienes mediante un grupo de whatsApp establecen comunicación semanal con su clientela.
Pesto de Gengibre. Foto: Las Frescas
Algunas ofertas fallan por las condiciones de todos sabidas, ante la imposibilidad de conseguir los ingredientes; en tal sentido, se echan de menos de un tiempo a acá el humus, el pesto, los cereales o la mantequilla de maní, pero se mantienen las frutas deshidratadas, los untables, el chucrut , las croquetas vegetarianas , las jaleas, y otros postres como las cocadas, o los caramelos sobre la base de especias como jengibre, cúrcuma, mate y otras (con un umbral de dulzor bajo) o, de reciente incorporación, el pan crocante. Los lunes, al publicar la lista, el usuario reserva y el viernes recibe puntualmente su pedido, que llega siempre bien envuelto y limpio.
Todo en Las_Frescas hace honor a su nombre, resulta muy agradable y bien elaborado y nos invita a una mirada abarcadora hacia el campo cubano, lleno de posibilidades muchas veces inexplor(t)adas, así como a las combinaciones y diseños alimenticios originales y creativos; algunos de ellos requieren quizá perfeccionamiento –como los caramelos-, mientras las croquetas pudieran ser un tanto más grandes o numerosas, pero muchos de estos “fresc_os” productos, a más de sanos y sabrosos, o quizá por ello, se tornan adictivos.
Otra joven que de guía turística devino cocinera eficaz es Yanitza Yany, quien también oferta una deliciosa, concentrada y alimenticia mantequilla de maní (50 cup el pomo de 120 mlt) o unas galleticas de avena de diferentes sabores -ajonjolí, chocolate o fresa con leche-(20 unidades/130 cup) crocantes, como toca, y de un intenso sabor, también desprovistas de excesiva azúcar, ese pecado original de nuestros postres.
Para los intolerantes a la lactosa, o que simplemente deseen probar otras posibilidades, esta imaginativa emprendedora prepara leches vegetales (500 mlt /50 cup), y para los más pequeños –y hasta para quienes deseen evocar la infancia- se preparan compotas de varias combinaciones (por ejemplo, calabaza y plátano fruta), seis pomitos de 4 onzas (120 cup ).
Yanitza es una creadora per se, y aunque no todo lo pone a la venta prepara unos smooties con yogourt, avena y otras combinaciones para…tortura de sus seguidores. También ofrece servicio a domicilio; valga aclarar que, como muchos restaurantes y otros expendidores de alimentos, el delivery con frecuencia encarece un tanto productos que, sin ello, resultarían más económicos o al menos en precio, siempre atendiendo a las condiciones actuales.
Compota de Plátano. Foto: Yanitza
Ella también publica por las redes sus ofertas y pocos días después el pedido está listo; en su caso, la variante es que se puede recoger en su propia vivienda, en el municipio Plaza, muy cercana del centro (no así Las_Fresca_s, quienes al radicar en una granja distante se ven obligadas, ellas y sus clientes, a este método). Digamos que es un “mal necesario”, pero siempre que se pueda, vale la pena por consumir delicatessen y exquisitos platillos.
Vista del huerto. Foto: Raúl Matos
Del huerto amplio y literalmente fructífero que ha cultivado Raúl Matos Zaldívar en su casa campestre de Boyeros, emergen tomate, lechuga, acelga, rúcula, fruta bomba, plátanos y, en temporada, aguacate; todo orgánico, hermoso, sabroso y…limpio, esa condición de que generalmente carecen nuestros agros estatales y privados, al punto de que a veces uno lo piensa cuando se enfrenta a la suciedad y la tierra que exhiben, cual “valor agregado” , las verduras, viandas y frutas, al punto de que yo, más de una vez, he desistido de llevarlas.
Matos y su hijo Luis Miguel, preparan jabas con sus productos campestres y las llevan a las casas de sus solicitantes, a precios que oscilan según, por supuesto, la cantidad y el tipo de productos, pero que considero asequibles ( hace poco recibí tomates, cebollas –que ahora no tienen- y lechuga en abundancia, por 200 cup).
No se agotan, claro, los emprendedores que desde sus casas proveen a las nuestras con sus iniciativas y cultivos, pero estos de los que hoy hablamos, resumen de manera ejemplar un movimiento que merece nuestro aplauso, apoyo y consideración.
Ya volveremos sobre esos y otros pasos; por lo pronto, felicidades, y Ud., lector, si no los conoce aun, ¡a la prueba me remito!
Contactos de whatsApp :
Yanitza Yany: 54334182
Raúl Matos: 52586242.
Licenciado en Filología en la Universidad de La Habana, especializado en Literatura Cubana. Ha realizado posgrados acerca de la cultura nacional y universal. Escritor, crítico de artes y comunicador audiovisual; cuenta con más de quince libros publicados, algunos de los cuales han recibido reconocimientos (inter)nacionales, en los géneros de ensayo, narrativa y poesía, entre ellos Co-cine. El discurso culinario en la pantalla grande (2011), con el cual obtuvo premio a nivel de categoría (food literatura) y resultó finalista en la etapa final, dentro del prestigioso concurso Gourmand World Cookbooks Award, con sede en Madrid, España; ha curado varios ciclos sobre cine y gastronomía que se han presentado en salas de la capital e investiga desde hace varios años acerca de las relaciones entre la cocina y otras artes, lo cual vuelca en su columna en la revista Excelencias Gourmet.