Así comienza una de las narraciones de la notable escritora canadiense Margaret Atwood. Su libro El quetzal resplandeciente y otros relatos, editado por Arte y Literatura, será presentado en la Feria Internacional del Libro de La Habana-2017, dedicada en esta emisión a Canadá.
Pan, es una de esas narraciones. Desde un punto de vista nada convencional, el relato se inserta en una estructura postmoderna y va ofreciendo diferentes visiones de este alimento. Así puede representar desde una delicia, una obsesión, un deseo incontrolable hasta simplemente una tradición de alimentarnos en nuestra mesa o una manera de calmar nuestras ansiedades.
Aquí les dejo un fragmento de la narración:
Imagina un pedazo de pan (…) le pones mantequilla, luego mantequilla de maní, después miel y lo doblas (…) te toma aproximadamente un minuto comerte el pan(…) Te parece algo relajante que hacer con las manos.
Evidentemente hay cierta ironía en la utilización de la segunda persona como personaje escogido por la autora. Traigo el tema a colación porque es un ejemplo de cómo elementos pertenecientes a la cultura gastronómica o culinaria son insertados por los escritores, en ocasiones como eje central de su obra.
Dentro del espacio narrativo de Pan, también se inserta una historia sobre la diferencia entre una hermana rica y otra pobre que discuten por un pedazo de pan. El fragmento termina trágicamente, pero la autora logra disminuir las tensiones cuando explica que se trata de una leyenda tradicional.
Ella, como O. Henry con El pan amargo, nos regala una pieza preciosa de la literatura, digna de golosear en la próxima Feria del Libro y llevar a nuestra casa, también para deleitarnos con sus letras, dichosos, como saborearíamos, un pedazo de pan. Imagina.