La Finca del Medio en Taguasco (1)

por | 16 marzo, 2018

Breve recorrido con Leidy Casimiro Rodríguez

Pudiera parecer un cuento de la fantasía campesina cubana, a veces exagerada, pero no lo es. Existe un lugar muy especial en la provincia de Santi Spíritus, La Finca del Medio, baluarte de humanidad, creatividad y respeto a la naturaleza. Lo que sucede allí día a día es una gran cosecha, resultado del cuidado de los valores de la familia y del amor a la tierra;  y es a la vez, siembra y florecimiento cotidiano del sentido de pertenencia al espacio donde se vive y trabaja para producir alimentos, bajo conceptos diferentes y renovadores.

En un campo de arrozLa mejor manera de acercarnos a la cosmovisión de ese universo recreado por los agricultores Casimiro y Caridad, hijo e hijas, es escuchar las palabras de Leidy,-la mayor de las hijas-, cuando nos apunta: “La finca se compone de alrededor de 10 hectáreas y una familia de 32 años como promedio de edad…. Todos los miembros de la familia han participado (tanto en Cuba como en otros países) en eventos relacionados con el tema de la agroecología, la permacultura, equidad de género, alimentación, y entre todos, hemos podido llegar a un consenso de que …, la agroecología que pudiera hacerse en Cuba,…, sería una luz que podría alumbrar el camino, por primera vez en la historia, que llevaría al país a largo plazo al autoabastecimiento total de alimentos y esta vez, de primera calidad, sanos, sin una costosísima transportación, almacenamiento y todo el deterioro que esto trae … creemos que Cuba tiene las condiciones y más todavía, la necesidad y el compromiso”.

Algo que sobresale en el trabajo de este grupo de agricultores espirituanos es la voluntad y la decisión de hacerle frente a los problemas derivados del cambio climático y los efectos de los desastres naturales, como los huracanes, propios de la región del Caribe.  De manera inteligente combinan el conocimiento transmitido por sus antecesores basado en la observación y la práctica, con los conocimientos científicos adquiridos a lo largo de muchos años de estudios.  La aplicación de la agroecología y la permacultura les ha permitido alcanzar nuevos niveles de desarrollo a la vez que ha devenido importante reto.

Leidy, al referirse a las múltiples tareas a las que se enfrenta la Finca del Medio, destaca con orgullo la tarea educativa y el interés de sumar nuevos adeptos a los conceptos más novedosos en materia de sistema de diseño. Al referirse a su familia nos dice: “…en conjunto han participado en cursos de agroecología y permacultura, algunos impartidos en la propia finca por el precursor de la permacultura David Holmgren y su familia, en unión con la Fundación Antonio Núñez Jiménez. Estamos pensando, según podamos, ir creando las condiciones y obteniendo experiencias, organizar talleres acordes a nuestras posibilidades sobre cualquier tema que resulte de interés relacionado con lo que hacemos y hemos aprendido del campo, en estos últimos 23 años. Queremos compartir conocimientos y aprender también de los que nos visitan”.

Biodigestores en la Finca del MedioNo es de extrañar entonces el porqué de la mutua identificación de la Finca del Medio y los principios de Slow Food Internacional. Allí radica la Comunidad del Alimento, (llamada antes Convivium), de Slow Food Cuba, “Agroecología y Permacultura de Taguasco”. Al sustentar la estrategia del trabajo de la Finca del Medio se aprecia en las palabras de Leidy esa comunión de principios: “Nuestro camino es hoy hacia la excelencia y la exquisitez en la obtención de los alimentos más sanos y gustosos del campo cubano, enfrascándonos en la sencillez y en la calidad para una forma de alimentación que sea no solo cuantiosa y placentera por su sabor, sino también buena para el cuerpo por la calidad de sus nutrientes, frescos, sin transportación, sin aditivos o químico”.

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Acerca de Nélida Pérez Hernández

He trabajdo durante 30 años como profesora e investigadora. Primero en la Universidad de la Habana impartiendo Economía Política y después Relaciones Económicas Internacionales en el CIEI. En 1997 pasé a trabajar en el Ministerio de Cultura en temas relacionados con la gestión cultural y en 1999 paso a trabajar al ISA, primero en extensión universitaria y a los dos años como profesora del Departamento de Estudios Cubanos, impartiendo la disciplina en el área de cultura económica. Tengo más cursos de posgrados que años de vida, -y ya son bastantes-, un Diplomado en Recuperción Integral de Centros Históricos( en la Oficinadel Historiador de La Habana), y una Maestría en Desarrollo Cultural, en el ISA, defendida con el tema de la Procuración de Fondos en la Cultura, en Cuba.