En medio de las nuevas coyunturas económicas resulta difícil la restauración. Para los dueños de paladares, el conseguir productos y comercializarlos sin renunciar por supuesto a obtener ganancias, objetivo de todo negocio. Para el cliente, recibir servicio y calidad sin afectar demasiado el bolsillo. Este se ve, sin embargo, resentido no sólo ante la subida de precios que detenta casi todo plato o líquido, sino ante el que significa el delivery, lo cual encarece más aún la gestión de adquirir servicios de restaurantes o centros que comercializan alimentos. Esto se elimina si tenemos cerca el establecimiento pero no siempre, como se sabe, vivimos en zonas donde abundan centros que expendan servicios gastronómicos.
De modo que: pandemia, recesión económica, mayor demanda que oferta, cierre de restaurantes (sólo para llevar o enviar), dificultades con el transporte, ordenamiento e insuficiencia salarial serían siete males, como puede apreciarse muy relacionados entre sí, que afectan directamente el negocio gastronómico hoy por hoy.
Dentro de todo esto, uno encuentra ciertos oasis. Fue muy grato hallar nuevamente en el restaurante estatal 7 Mares, que esos siete males se sorteaban bastante bien sobre todo para los vecinos del Vedado o para quienes andan por la zona debido a trabajos u otras actividades.
Restaurante 7 Mares, calle 23 esq J
La «completa» de filete de pescado ( emperador), congrí y vianda hervida a 60 CUP, me hicieron retroceder a los inicios de la covid, pre ordenamiento, donde tanto nos refugiamos y resolvimos en lugares como 7 Mares.
Pero…» la felicidad en casa del pobre dura poco», reza el viejo dicho. Apenas unos días después, ya el plato, con los mismos elementos, ha subido a 78.40 CUP , casi 20 pesos más.
Al indagar las causas de tan abrupto cambio, la dependienta explicó que era el tipo de arroz, de mayor calidad que el anterior.
Pero, ¿ cómo es posible que un poco del cereal – ración bastante limitada, por cierto- pueda ascender en su precio de ese modo? Y sin la posibilidad de comprar, digamos, solo el pescado y la otra guarnición.
He escuchado a funcionarios criticar a particulares por los elevados precios en sus negocios, más he aquí un ejemplo al canto de que lo estatal no predica con el ejemplo.
A su favor debe agregarse que el congrí está bien condimentado, y también el fruto del mar, aunque pienso que a nivel cuantitativo queda por debajo del precio.
Llamo la atención de esto pues creo que son errores rectificables ; no olvido que al inicio del ordenamiento este plato había subido de 60 CUP a 130 CUP , y tras la protesta de varios usuarios- entre ellos este autor mediante Cubapaladar – bajó a 70 CUP , o sea , casi lo mismo que antes del cambio.
Creo que es hora de que, nuevamente, en 7 Mares se alivien y sorteen los siete males (y otros) de estos difíciles tiempos, sobre todo para los menesteres culinarios.
Licenciado en Filología en la Universidad de La Habana, especializado en Literatura Cubana. Ha realizado posgrados acerca de la cultura nacional y universal. Escritor, crítico de artes y comunicador audiovisual; cuenta con más de quince libros publicados, algunos de los cuales han recibido reconocimientos (inter)nacionales, en los géneros de ensayo, narrativa y poesía, entre ellos Co-cine. El discurso culinario en la pantalla grande (2011), con el cual obtuvo premio a nivel de categoría (food literatura) y resultó finalista en la etapa final, dentro del prestigioso concurso Gourmand World Cookbooks Award, con sede en Madrid, España; ha curado varios ciclos sobre cine y gastronomía que se han presentado en salas de la capital e investiga desde hace varios años acerca de las relaciones entre la cocina y otras artes, lo cual vuelca en su columna en la revista Excelencias Gourmet.