Paladar La Pachanga niega vender comida a un cliente que intenta fotografiar a trabajador sin nasobuco

por | 18 septiembre, 2020

Uno de mis platos favoritos del restaurante La Pachanga son los tacos al pastor, sin dudas son deliciosos y a mi parecer son la mejor opción entre su atractiva oferta de tacos especiales, por esta razón decidimos comprar unos «taquitos» para llevar a casa y así dedicar el almuerzo a la exquisita comida mexicana.

Cuando me acerqué a revisar la carta me sorprendió mucho ver dentro de esta popular paladar a un trabajador fumando y sin nasobuco. Este hecho me llamó la atención, pero me concentré en la amable y cortés dependiente que se interesó en tomar el pedido, resultó que esta trabajadora no estaba muy preparada para contestar algunas preguntas sobre los ingredientes de los platos y decidió solicitar ayuda. Volví a sorprenderme cuando la persona que se acercó a ayudarnos con el pedido, era precisamente  el mismo muchacho que aún fumaba libre de nasobuco, ni siquiera lo llevaba de adorno. De inmediato le manifesté mi preocupación sobre el uso de la mascarilla, pero con una extraña mirada me respondió: “Yo soy solo el custodio y estoy dentro de la casa y puedo andar así”. Entonces decidí sacar mi celular para fotografiarlo mientras me atendía, pero este hombre que se presentó como custodio y ahora actuaba como dependiente se dio vuelta y se fue muy rápido hacia la cocina. De inmediato regresó, pero esta vez con un nasobuco bien puesto y me preguntó con una forma tosca y algo grosera si yo era fotógrafo; intenté explicarle sobre la importancia para los clientes y para el país que los trabajadores gastronómicos cumplan con todas las medidas higiénico-sanitarias establecidas, pero lamentablemente me interrumpió diciéndome que yo ya no era bienvenido en el restaurante y que se cancelaba el pedido, ordenándole a la joven dependiente cancelar todo.

Foto: Jessica Hayden

Le pedí hablar con el dueño o el encargado del restaurante y respondió que el dueño no vivía en Cuba y que ahora no había nadie a cargo del establecimiento, y en tono burlesco me invitó a tomar fotos a otro lugar.  Después del incidente hemos llamado al restaurante un par de veces y hemos enviado mensajes via correo electrónico y a su página en Facebook solicitando hablar con los responsables de La Pachanga.  Lamentablemente, hasta la publicación de esta nota no hemos recibido respuesta alguna.

¿Son estas las personas que piensan que pueden estar por encima de la ley y de las regulaciones sanitarias?

¿Se puede negar el servicio de comida para llevar a un cliente que exige el uso del nasobuco?

¿Cuántas personas en La Habana se han contagiado en bares donde se actuó con irresponsabilidad por parte de los dueños, administradores y trabajadores gastronómicos?

Negarle el servicio gastronómico a un cliente por el sólo hecho de exigir que se use el nasobuco es éticamente inaceptable, desconozco si existe un procedimiento legal que proteja al consumidor en una situación como esta, lo que si tengo claro es que el restaurante se reserva el derecho a venderle comida a quienes deseen. ¿Quedará este incidente impune?

No pude disfrutar de los sabrosos tacos especiales de La Pachanga, pero la atención «especial» que recibí de este trabajador, o quizás administrador improvisado, me hizo reflexionar sobre el cartel que tienen en la entrada indicando ser un «restaurante seguro de la Covid-19» ¿Quién avala el cartel? ¿La Dirección Provincial de Salud? ¿O es solamente una publicidad sin ningún respaldo serio y responsable?

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Acerca de Rodrigo Huaimachi

Rodrigo es investigador social, especialista en relaciones internacionales y recientemente crítico culinario; esta última profesión la ha desarrollado en forma empírica durante años guiado por los más exquisitos sabores tanto de Cuba como de los más de cuarenta países que ha visitado. Rodrigo ha trabajado como fregador de platos, encargado de aseo y limpieza, dependiente, ayudante de cocina y cocinero en distintos restaurantes. Actualmente dirige y coordina diversos proyectos de desarrollo sustentable en el ámbito cultural y ecológico; así como programas de intercambio académico con docenas de prestigiosas universidades e institutos de investigación. Disfruta de la comida sana, balanceada y sabrosa al paladar.