Fomentar el rescate del recetario tradicional cubano y motivar a las personas de la tercera edad son dos de los objetivos del concurso de culinaria “Sabores de mi identidad” dirigido a los adultos mayores. Este tuvo lugar el pasado martes, en el Palacio Lombillo de La Habana Vieja, donde se celebró su XV edición.
Este concurso fue convocado por el Museo de Arte Colonial, de conjunto con el chef Luis Ramón Batlle Hernández -miembro de la Federación de Asociaciones Culinarias de la República de Cuba y chef ejecutivo del restaurante La Calesa Real, uno de los patrocinadores del evento-. La actividad formó parte de las celebraciones por la Jornada del Adulto Mayor. Estuvo dedicada a la memoria del chef Oswaldo Quintans, quien fuera su fundador y uno de los principales promotores y en evocación del Día de la Cultura Nacional Cubana.
El Chef Batlle presenta los resultados del concurso. Foto: Cubapaladar
Los adultos mayores podían participar en las siguientes modalidades: entrantes y cocteles analcohólicos, como parte de la defensa del consumo de las bebidas sin alcohol. Los concursantes debían, en su presentación, explicar las historia del plato o bebida presentada y/o vivencias asociadas a la preparación en cuestión. Para la premiación, el jurado presidido por el popular y apasionado chef Batlle tuvo en cuenta: historia del plato, presentación, originalidad, ingredientes, texturas, punto de cocción, aromas y sabores.
Primer lugar para la empanada rellena con aporreado de pescado. Foto: Cubapaladar
El primer lugar correspondió a Miriam Hernández Peñate, quien participó en este concurso por cuarta vez. Miriam presentó una deliciosa empanada rellena con aporreado de pescado, un plato que en los años 50 elaboraban su padre y su madre. Su padre, panadero, preparaba la masa; mientras que su madre se encargaba del relleno. La veterana emocionada evocó esta historia, de una tradición culinaria familiar, con lágrimas en los ojos. Contaba que sus padres la botaban de la cocina, pues querían que estudiara otra profesión, que no se inclinara por la profesión de su padre, por lo que aprendió sola de estos avatares y en especial a elaborar este plato presentado, mediante “prueba y error”. El chef Batlle aprovechó la oportunidad para comentarnos que la profesión de chef o cocinero era antes sub-valorada, algo que afortunadamente ha ido cambiando con el paso de los años y en nuestros tiempos la figura del chef es muy respetada. Miriam también presentó un coctel analcohólico con granadas en almíbar y jugo de piña. El cantinero del restaurante La Calesa Real, miembro del jurado, explicó la tendencia mundial de este tipo de bebidas que ha incorporado su establecimiento, que elabora por ejemplo Cuba Libre sin alcohol y Piña Colada sin alcohol.
Segundo lugar para la harina de maíz rellena con masas de cangrejo y con picadillo. Foto: Cubapaladar
El segundo lugar se lo agenció Nancy Montero, quien asistió por primera vez a esta competencia. Nos deleitó con un plato de harina de maíz rellena con masas de cangrejo y con picadillo, con vegetales encima. Nancy afirmó que a ella tampoco la dejaban meterse en la cocina pero se metía y afirmó que siempre está “inventando algo”, como decimos en buen cubano.
Tercer lugar para el arroz con pollo. Foto: Cubapaladar
El tercer lugar fue para Ángela Esther Moreno Benítez, con un arroz con pollo que aprendió a hacer sola. El chef Batlle al probarlo confesó que lo trasladó a su infancia. Esther le puso al pollo, entre sus ingredientes, laurel, ajo, ají y muy importante ¡vino seco!. El vino seco cubano es único y es el único ingrediente que llevan fuera muchos chefs cubanos al viajar, confesado así por Batlle.
A la jornada asistió la abuela Valentina Fernández, destacada concursante en ediciones anteriores, pero que esta vez fue solo a aprender, como declarara, pues afirma que esta “no es su línea”. Y es que nunca es tarde para aprender y lo importante es tener el deseo latente, incluso cuando existe más experiencia acumulada. Valentina refiere que su fuerte son los postres.
El Chef Batlle entrega el premio a Miriam. Foto: Cubapaladar
Fue una excelente jornada para conocer algunos secretos y recetas de la abuela. El amor por la cocina cubana, la historia y la tradición estuvieron latentes en una de las actividades que también se suma al propósito de que la cocina cubana se declare patrimonio inmaterial. A su vez, este concurso fue especial, cargado de espiritualidad y de una causa noble, al demostrar con creces el valor de las personas de la tercera edad, al darles más espacios en nuestra sociedad y motivarlos a seguir aportando y compartiendo sus saberes.
Es Ingeniera Industrial, graduada del Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría. Su carrera ha desarrollado sus conocimientos en los siguientes perfiles: logística y gestión de la producción, dirección, calidad, matemática aplicada, informática empresarial y gestión de los recursos humanos. Es miembro del Proyecto Comunitario Espiral, donde sus principales motivaciones son ayudar a la sociedad y poner en práctica el desarrollo sustentable. Ania se ha especializado como crítica culinaria desde hace tiempo y una de sus pasiones es escribir.