La tertulia “Sabor y tradición en la cocina cubana” acogió en la tarde del pasado viernes 5 de octubre la presentación del proyecto internacional Slow Food, que desde 2004 encuentra en Cuba un importante espacio de realización.
Presentado por algunos de sus miembros, Madelaine Vázquez, Yamilet Magariño y María Isabel Lantero; Slow Food fue centro de debate en la tertulia del patio Hurón Azul de la UNEAC.
Más que comida sana…
Slow Food surgió en Italia en el año 1989. Se trata de un proyecto sin ánimo de lucro cuyo principal objetivo radica en buscar maneras de cultivo y alimentación que no dañen el medio ambiente. Actualmente cuenta con un espacio y seguidores en más de 160 países entre los cuales Cuba ocupa su lugar, explicó Madelaine Vázquez, reconocida especialista en temas de culinaria.
El proyecto cuenta con tres objetivos fundamentales que lleva a cabo constantemente: Crear 10 000 huertos en África para intentar cambiar el sistema de alimentación en esta región; crear 10 000 comunidades que divulguen y lleven a cabo las propuestas de Slow Food; y crear 10 000 productos para el Arca del Gusto, una suerte de almacén mundial que salvaguarda productos de la tierra y animales en peligro de extinción.
Madelaine Vásquez, líder del movimiento Slow Food Cuba. Foto: Cubapaladar
Entre sus propuestas alternativas, cuenta con los Mercados de la Tierra cuyos principios de buenos (cultivo tradicional), limpios (métodos orgánicos de cultivo) y justos (precios adecuados); benefician tanto a productores como a consumidores. Esto se traduce en la intención marcada de defender también al campesino, a quien trabaja la tierra; y de algún modo resulta una lucha contra las grandes transnacionales, de ahí su alto componente político, destacó Madelaine.
Uno de los eventos de mayor importancia con que cuenta Slow Food es, sin dudas, Terra Madre, que agrupa más de 160 países y miles de delegados en una de las ferias de alimentos más grandes del mundo. Para beneplácito nuestro, al último encuentro asistió una delegación de 13 especialistas cubanos.
…Un modo de vida
Más allá de los vínculos con los centros universitarios evidenciados en varios talleres de gestión del conocimiento, Slow Food resulta otra manera de ver y vivir la alimentación en la Isla. Aquí existen varios eventos que han marcado pautas en el quehacer de este megaproyecto sociocultural de alimentación. La Finca Vista Hermosa, en Guanabacoa es modelo de gestión y elaboración de productos como el queso, la miel, la leche de cabra, entre otros. También se suman otras propuestas de fincas y comunidades Slow Food, cuyos grupos de trabajo se unen bajo los mismos principios.
En este sentido, uno de los proyectos de conservación de alimentos más antiguos de Cuba, dirigido por los reconocidos Vilda Figueroa y José Lama, fue nominado a Doctor Honoris Causa, reconocimiento que recibirán el próximo día 21.
En un segundo momento de presentación, la reconocida chef Yamilet Magariño comentó sobre la Alianza de cocineros Slow Food, que surge en 2015 para valorar el trabajo de los cocineros, no solo personas con el título de chef, sino a todo aquel para el cual la cocina resulte importante. Aquí lo primordial es la difusión y apropiación del conocimiento por parte de sus integrantes.
Yamilet Magariño atualiza al auditorio sobre las novedades de la Alianza de Cocineros de Slow Food Cuba. Foto: Cubapaladar
Por último la profesora María Isabel Lantero, quien también formó parte de los delegados al Terra Madre destacó la importancia de encuentros de este tipo para notar todas las potencialidades y realidades con que cuenta nuestro país, las cuales, lamentablemente, desconocemos en muchas ocasiones. Muchas de las prácticas cotidianas del cubano, son propuestas de destacado valor para personas de otras latitudes, afirmó la profesora.
El encuentro de noviembre, en la UNEAC, contará con la participación del proyecto A la Mesa, que dará a conocer los ganadores de su más reciente concurso “La ruta de las tapas”.